Aquella tarde de julio, en la que cruzamos el Río de la Plata para visitar la ciudad uruguaya de Colonia del Sacramento, fue una maravilla. Grandes historias, paisajes hermosos y comida riquísima. Todo en un mismo lugar.
Cómo viajamos, los primeros lugares que conocimos y sobre el restaurante donde almorzamos muy rico; ya hablé en la nota anterior. Acá escribiré sobre las siguientes experiencias, además de concluir con nueva información de la vuelta a casa.
Caminatas uruguayas
Con la panza llena continuamos el recorrido por Colonia del Sacramento. Fue diferente al realizado en horas de la mañana dado que conocimos otros lugares y ya no estábamos acompañados por la guía.
Ni bien cruzamos la calle, nos llamó la atención un enorme espacio verde decorado con muchas placas. Al acercarnos supimos que era la Plaza de Armas y en las pequeñas señalizaciones se narraba la historia.
Cuando te pares en ese lugar notarás que sobre el pasto hay muchas rocas, ordenadas como si fueran los cimientos de una antigua construcción. Y así es. En ese preciso lugar funcionó la Casa del Gobernador: una mansión, hogar de los primeros gobernadores portugueses que tuvo la ciudad.
Pegado a este bello sitio está la Basílica del Santísimo Sacramento. A pesar de no tener un diseño muy llamativo por fuera, su interior es bonito. Se luce más en horas de la noche, cuando encienden su iluminación.
Plaza Mayor – El corazón de la ciudad
Antes de abandonar el centro, decidimos regresar a la Plaza Mayor. Si bien de por sí ya es un sitio histórico, comparte el paisaje con otros lugares muy famosos de Colonia del Sacramento.
La Galería de los Suspiros, el Espacio Portugués, la Calle de Solís, el Museo Municipal, la Casa portuguesa, el Faro y las Ruinas del Convento de San Francisco; son algunos de los sectores más visitados que la rodean.
Hacer una descripción de cada uno requiere de muchas palabras, que se disfrutan más cuando un profesional las pronuncia en vivo. Es por eso que a continuación solo te daré recomendaciones para disfrutarlos al máximo.
Estos espacios cargados de historia son muy diferentes entre sí. Ya te conté que antes de pertenecer a Uruguay, Colonia del Sacramento fue fundada por portugueses en el siglo XVII y luego quedó a cargo de españoles.
Mi consejo más grande es que le dediques su tiempo a cada uno. Cómo se encuentran muy cerca, es normal que puedas darle un vistazo en solo 20 minutos pero eso no es ni la mitad del tiempo que se necesita, al menos desde mi punto de vista.
Si podés, lo mejor es realizar un tour guiado. De lo contrario, todos los lugares cuentan con placas que te ayudarán a conocer los principales detalles de su historia.
Breve visita a los alrededores
Nuestro segundo recorrido por la Plaza Mayor terminó a los pies del enorme Faro de Colonia del Sacramento.
Viajeros comentan que pagar para subirlo es una muy buena idea, ya que desde allí se obtienen vistas hermosas a la ciudad y al Río de la Plata.
Nosotros dejamos pasar la oportunidad porque éramos cinco personas (el precio final se nos hacía muy elevado) y el clima no acompañaba. Fue un día con mucho viento.
¿Cómo continuó la tarde? Con un nuevo recorrido por fuera del centro histórico, donde encontramos una ciudad totalmente diferente. Modernidad, amplias avenidas, plazas por doquier y muchos lugares para comer (con precios más bajos que en el centro), son algunos detalles del paisaje urbano.
Atardecer en el Río de la Plata
Después de tomar un café regresamos a la zona colonial para disfrutar el atardecer. Ingresamos por una de las tantas calles adoquinadas que terminan en el río y ahí estaba el sol, pegado al horizonte, reflejando la luz de los últimos rayos en las nubes del cielo.
La foto principal de esta nota corresponde a dicho momento. Recuerdo que mientras observamos en silencio como el espejo de agua se iluminaba de rojo, nuestros oídos estaban puestos en una hermosa melodía proveniente de un local, causada por un músico talentoso.
Uruguay nos despedía de la mejor manera. Con mucho frío… pero de la mejor manera.
Últimos paseos
En el tramo final de la caminata conocimos en detalle la Puerta de Colonia del Sacramento. Otro sitio histórico que funcionó como un ingreso a la ciudad amurallada y hoy se convirtió en un icono.
Luego de atravesar su enorme marco de piedra, emprendimos viaje hasta el puerto que está muy cerca.
Antes de llegar nos detuvimos en la vieja estación del ferrocarril. Con tanto por ver, no es un sitio que recibe muchos visitantes pero yo te lo recomiendo sin lugar a dudas. Al menos date una vuelta para conocerlo por fuera.
La vuelta a casa
Te soy sincero. De haber tenido la posibilidad, me hubiese encantado quedarme a dormir en la ciudad para disfrutar un buen amanecer rodeado de paisajes únicos. Pero en este viaje no se pudo.
Cerca de las 21 ingresamos a otro barco de Colonia Express y cruzamos con éxito el Río de la Plata. Al igual que en la ida, el viaje fue muy placentero y no hubo demoras.
Una vez que estuvimos sobre el suelo porteño, cenamos en una pizzería de Barracas.
Entre risas y buenas conversaciones, llegamos a casa en horas de la madrugada y nos fuimos directamente a dormir porque estábamos agotados. ¡Fueron casi 24 horas de puras emociones!