Despertarse por el bocinazo de un camión, aunque no es algo muy placentero, tampoco pasa todos los días y por eso quedó como un recuerdo gracioso. Así empezó la cuarta jornada del Rally Solidario Argentino en la cual, finalmente, llegamos a Salta. 

Luego de ver pasar al vehículo de gran porte, iniciaron las maniobras para despabilarme. Gracias a mi altura, dormí muy bien en el sector delantero de la Renault Kangoo y no me arrepentí por haberlo decidido la noche anterior. 

Ya te conté la parte de cómo llegamos a montar un campamento improvisado en las inmediaciones de la Ruta 34, dentro de un pueblo de Tucumán llamado 7 de Abril. Ahora es momento de narrar nuevas anécdotas. 

Al descender por la puerta de “La Foca Blanca” me encontré con Iván, piloto y fundador del Rally Solidario Argentino, que recién amanecía. Durmió en una carpa, pegado a su querida “Bestia Roja” (Renault 4). 

Entre charla y charla, el resto del equipo se despertó. ¿Había sueño? Sin lugar a dudas, pero el objetivo de ese día era muy claro: llegar a Salta Capital. 

Reencuentro en Rosario de la Frontera

Una vez que aseguramos haber guardado todo en los vehículos, se prendieron motores, conseguimos agua para el mate y salimos a protagonizar más aventuras. 

Los 80 kilómetros que nos separaban de Rosario de la Frontera fueron hermosos. El camino, ya por suelo salteño, avanza con varias curvas y poco a poco el horizonte se interrumpe para dar paso a montañas muy interesantes. 

Tras una hora de viaje, la Ruta 34 se volvió a unir con la Ruta 9 y, justo en la intersección, localizamos una gigantesca estación de servicio donde posteriormente organizamos un encuentro masivo de pilotos. 

¿Cómo sucedió la reunión? Nosotros, con la Kangoo y el Renault 4, llegamos primeros. A los minutos detectamos la presencia de una Mercedes Benz Sprinter muy original que, como ya lo sospechamos, pertenecía a Juan y Julia de “El Maná Viajero”. 

Fue una reunión muy linda porque, luego de haber conversado durante meses a través de las redes sociales, finalmente estábamos frente a frente y con los “vehículos de rally” en el medio. 

La pareja es oriunda de Río Colorado. Desde la ciudad rionegrina partieron en enero del 2021, recorrieron la Patagonia, luego viajaron hacia el norte por la Región Cuyo, visitaron La Rioja y, finalmente, se trasladaron hasta Rosario de la Frontera para la juntada. 

Más allá de que no iniciaron viaje desde Buenos Aires con nosotros, Juan y Julia colaboraron un montón. Es por eso que también son fieles pilotos del Rally Solidario Argentino. ¡El grupo no para de crecer!

En medio de las primeras charlas, una seguidilla de bocinas nos sorprendieron. Edu y Valen, con la Transporter, hacían su ingreso seguidos de la Mercedes Benz Vito y el famoso Peugueot 404, tripulados por Sandra, Javi y sus dos hijos, Dami y Fede. 

Caravana con rumbo a Salta Capital

El simple hecho de observar al mismo tiempo seis vehículos de todos los tamaños y fabricados en años diferentes, cargados hasta el techo de donaciones y con el mismo logo en las puertas, es algo hermoso. 

Obvio que allí paramos para cargar combustible, pero el tiempo no fue excusa para disfrutar la breve reunión. En cuestión de minutos, encontramos una calle alejada, estacionamos en línea y tomamos la foto que aparece a continuación. 

Solidaridad - Salta

Si fuera por nosotros nos hubiésemos quedado largas horas intercambiando anécdotas, pero aún restaban 181 kilómetros para ingresar a la capital provincial, donde nos esperaban muchas sorpresas más. 

Rápidamente organizamos todo y salimos en caravana para rodar, una vez más, sobre la Ruta Nacional 9. Obvio que después nos separamos porque no circulamos a la misma velocidad, pero partir todos juntos fue increíble. 

Un tramo de ensueño

De todas las rutas que habíamos recorrido hasta ese momento, esos paisajes, que disfruté con los cinco sentidos, son muy especiales. ¡Es un tramo hermoso!

¿Por qué me gustó tanto? Primero la seguridad. Hay dos carriles en cada sentido, por lo tanto, ahora sí que no es riesgoso sobrepasar a algún vehículo que circule lento. Igualmente, siempre hay que respetar las velocidades máximas anunciadas. 

Luego, algo fantástico fue la abundancia de espacios verdes. No importa a donde dirijas la mirada porque en los alrededores de la carretera siempre vas a encontrar un sector cubierto por árboles. 

Ruta Nacional 9 - Salta - Argentina

Y la combinación se completa con las montañas. En el caso de circular rumbo a Salta, notarás que el suelo empieza a tomar altura, mientras que la ruta atraviesa tímidamente los primeros sectores 100% montañosos. 

Más allá de que la lluvia prácticamente se ausentó durante todo el viaje, el cielo se nubló bastante esa tarde y algunas gotas cayeron. El manto gris sobre nuestras cabezas no hizo más que agregarle mística y emoción al viaje. 

¿Tu plan es hacer el mismo camino? Entonces prestá atención a la siguiente recomendación: no olvides de tomar el desvío a la izquierda cuando la Ruta 9 se separa de la Ruta 34. 

En esta zona la calzada comparte la misma numeración pero, cuando menos lo esperes, se separan otra vez y eso te puede desorientar. Si avanzás por la 34 vas a terminar en San Salvador de Jujuy, por lo tanto, no olvides mirar atentamente los carteles viales. 

¡Bienvenidos a Salta!

Cerca de las 16 horas ingresamos a Salta. Si el último tramo es interesante, acceder al centro es alucinante porque se tienen amplias vistas desde las alturas. Hay un mirador para detenerse a disfrutar. 

Yo, que no estaba al volante, aproveché los instantes para intentar capturar el momento con la cámara de mi celular, al mismo tiempo que observaba el paisaje directamente con los ojos para no perderme el espectáculo. 

El camino por donde veníamos circulando nos dejó en la puerta del Hostal “El Mendocino” donde acordamos detenernos. Sí, luego de tres noches, dormiríamos en camas por primera vez. 

Al estar en pleno corazón de Salta, frente al Parque San Martín, notamos mucho movimiento vehicular. Sin embargo, logramos maniobrar correctamente para estacionar y conocer las habitaciones. 

Accedimos por una larga escalera y nos recibieron de maravilla. La pieza es impecable, tiene baño privado y, la que me tocó a mi, fue equipada con una cama estilo matrimonial y otra individual. 

El cansancio era evidente, pero aún no era momento de acostarse. Al día le quedaban pocas horas y todavía teníamos que cumplir una etapa de la misión solidaria: entregar la primera donación. 

Visita a Alexis

Alexis fue el primer joven en recibir parte de todo lo que trasladamos durante los 1.612 kilómetros iniciales. Él es discapacitado, se desplaza en silla de ruedas y, según lo poco que entiendo del tema, tiene los “huesos de cristal”. 

Insisto. No tengo más información sobre sus problemas de salud, pero si te puedo contar con mucho detalle el paso a paso de la iniciativa solidaria. 

Resulta que él nos quería conocer a todos, por lo tanto, cumplimos con su pedido y llegamos en caravana a su casa. Nos esperó en el jardín, junto a toda su familia. 

El encuentro fue emocionante. Debido a la pandemia por el Covid-19 no tuvimos la oportunidad de interactuar como hubiésemos querido, pero no hubo impedimentos para entregar la notebook y el colchón que él niño estaba esperando recibir. 

Iván, líder del Rally Solidario Argentino, fue el único que pasó a su casa para completar la tarea. Una vez que se concretó la acción, Alexis volvió a salir, le entregamos un fibrón indeleble y firmó la puerta del famoso Renault 4. 

Donación - Rally - Solidario - Argentino - Salta

Con el fin de inmortalizar el momento, todos los presentes posaron para la foto. ¡Recuerdos que quedan guardados en la mente para toda la vida!

Un banquete y a dormir

Fue poner un pie en Salta y al instante nos encontramos con una familia muy agradable. Al principio yo no sabía quienes eran, pero luego me enteré de que son grandes amigos del Rally Solidario Argentino.

Patricia, junto a su marido, Fede, tuvieron la amabilidad de hospedar a Pablo, piloto del Renault 4 colorado, cuando él emprendió en solitario la segunda misión solidaria en noviembre del 2020. 

Tras enterarse de nuestro regreso, ni dudaron en pasar por el hostal a saludarnos y acompañarnos hasta la casa de Alexis para disfrutar la entrega de donativos. 

Al multitudinario grupo luego se sumó Alejandra, quien nos ayuda desde siempre con los viajes, y finalmente llegó Pedro, un peregrino de Salta que, sin lugar a dudas, también es un gran amigo del grupo. 

Luego de entregar la notebook y el colchón, había muchas ganas de conversar entre todos. Claro que la puerta del hospedaje no era un buen lugar, por lo tanto, Pato tuvo la iniciativa de invitarnos a cenar a su casa. 

Cuando terminamos de acomodarnos en la habitación, nos pasaron a buscar. El viaje fue corto pero Alejandra, al descubrir que era mi primera vez en Salta, dio un pequeño tour sobre ruedas para señalar todos los sitios históricos que aparecían en el camino. 

Felicidad en su máxima expresión

Pato, fiel a su estilo, nos dio una cálida bienvenida. Tras ingresar, nos encontramos con un gigantesco asado que Fede preparó y una mesa extensa para sentarnos cómodamente al aire libre. 

Cómo indica la tradición religiosa del lugar, bendecimos la cena y luego la probamos. La carne estaba exquisita, el ambiente era espectacular y compartimos anécdotas, seguidas de muchas risas, hasta la medianoche. 

Tener la posibilidad de sentarme en una mesa donde reinó la buena energía, fue algo único. No podría haber existido una mejor manera de cerrar la primera noche en el centro de la capital salteña. 

Volví al hotel con mucha alegría. Aún no lo sabía, pero en ese mismo viaje quedarían más momentos hermosos por compartir en la casa de Pato.

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