La Torre Eiffel, identificada como el mayor icono de Francia, tiene 132 años y claro que en tanto tiempo fue sometida a muchos cambios. ¿Cuál es el próximo? Pintarla de dorado. 

Según la agenda establecida, los Juegos Olímpicos del 2020 se deberían haber celebrado en Tokio, Japón, pero llegó el Covid-19 y arruinó todos los planes. 

La competencia deportiva con más historia del mundo fue reprogramada para este año y, aunque desde la isla asiática ya confirman que podrá realizarse, el panorama mundial continúa bastante complicado. 

Independientemente de lo que suceda con la edición pendiente, no hay dudas que la próxima será en Francia, a mediados de 2024. 

Dado que el país estará en los ojos de todo el mundo durante varias semanas, la capital ya empieza a prepararse y, entre tantos proyectos, trabajan sobre la Torre Eiffel para darle una tonalidad un poco más llamativa. 

En los sueños de Gustave Eiffel

La historia de esta enorme torre, que alcanza los 324 metros de altura, comienza en 1889 cuando fue inaugurada en la exposición universal, luego de ser construida en los talleres de Gustave Eiffel. 

Quienes la vieron en sus comienzos contaron que el color original era rojo, pero la tonalidad fue cambiando con los años hasta llegar al marrón actual, surgido de la mezcla de tres capas de pintura y presente desde 1968. 

Aunque el proyecto de “recuperar el color ocre” no pueda gustarte, te contamos que siempre estuvo en los sueños de su creador y recién ahora podrá hacerse realidad. 

Todo en marcha

Aunque la novedad artística se dio a conocer en este momento, los trabajos de restauración sobre la Torre Eiffel iniciaron a mediados de 2019. 

El año pasado estuvo medio complicado por la pandemia, pero las obras continúan y, según los profesionales, estaría todo terminado para noviembre de 2022. 

Patrick Branco Ruivo, director general de la Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel, anunció que “el nuevo tono se puede ver ya en la punta” del icono parisino y señaló que permite crear “unos reflejos metálicos y brillantes” que combinan perfecto con el cielo azul.  

El mantenimiento más grande de su historia

Al ser una construcción tan antigua, conforme pasa el tiempo las tareas de mantenimiento deben ser mucho más seguidas. Sin embargo, la de ahora no tiene punto de comparación con todas las anteriores. 

El trabajo más común sobre la Torre Eiffel es pintar cada siete años el arco sur de la estructura. Las órdenes fueron establecidas en los tiempos de Gustave, al notar que ese sector delgado sufriría con más intensidad la degradación. 

Luego es normal que los profesionales pongan a prueba su talento para refaccionar otros espacios exteriores, así como también cada sala del interior. 

Hasta el momento todo se hizo bien, pero las tareas actuales son de otra talla: se invirtieron 50 millones de euros y, con mucha paciencia, hay que pintar 18 mil piezas unidas por 2.5 millones de roblones, además de quitar el plomo de la pintura vieja. 

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