El Covid-19 llevó a que muchos lugares ajenos a lo clínico se conviertan en un centro de vacunación y eso exactamente lo que sucedió con el famoso Castillo de Drácula, ubicado en el corazón de Rumanía. 

La nación europea de 19 millones de habitantes no atraviesa un periodo crítico de contagios, pero claro que trabaja para erradicar el virus que tantos problemas causó alrededor del mundo. 

Desde hace varias semanas que las vacunas empezaron a ser administradas entre los ciudadanos y no deja de sorprender los sitios elegidos para tal proceso. 

De la novela al Covid

Corría el año 1897 cuando el escritor irlandés Bram Stoker publicó Drácula: una novela de terror y suspenso, basada en la historia de un conde y sus aventuras dentro de un castillo impenetrable. 

Aunque no fue redactada en base a hechos reales, sí se basó en situaciones de la vida cotidiana. Su modelo para el personaje principal fue un príncipe rumano llamado Vlad Tepes y el escenario elegido era el Castillo de Bran. 

Castillo - Drácula - Rumanía

Cuenta la historia que el príncipe nunca vivió en el castillo mencionado, pero gracias a la exitosa novela, siempre van a estar relacionados. 

Y a todo esto, Stoker nunca se hubiese imaginado que 124 años después de publicar su obra, el castillo en cuestión sería utilizado para vacunar a cientos de personas contra un virus que llegaría a convertirse en pandemia mundial. 

Turismo y vacunación

Durante el último fin de semana, muchas personas llegaron al predio donde está la célebre construcción y se toparon con el centro de vacunación. 

Claro que no era condición obligatoria para realizar el paseo, pero sí te invitaban a aplicarte la dosis en cuestión de minutos. ¿Resultado? Hubo gente que se animó y al término del proceso le entregaron un certificado por su “valentía y responsabilidad”. 

Y para tu sorpresa, este no es el único caso en Rumanía donde utilizan construcciones emblemáticas para llevar adelante la campaña. Además del Castillo de Drácula, inaugurado en 1382, lugares cómo Biblioteca Nacional de Bucarest, también van por el mismo camino.

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