Se acercaba el final de este maravilloso viaje y aún había mucho por conocer. Es más, tras la vuelta a casa nos dimos cuenta que debemos volver para recorrer otros sitios de la ciudad. Aunque el segundo viaje aún sigue siendo un sueño, estamos en condiciones de contarte los lugares que no te podés perder en el corazón de Londres.
Viajar en un tren de alta velocidad y pasear durante un día por Oxford nos había agotado. Es por eso que aquella noche dormimos muy profundo y amanecimos con todas las energías recargadas para seguir explorando.
Si bien tuvimos la oportunidad de visitar el centro de Londres cuando fuimos a Piccadilly Circus, el día que viajamos a Greenwich y en aquella jornada de extensas caminatas junto a nuestra guía española, aún nos quedaba por experimentar en primera persona las calles del centro.
Un vistazo a la casa del primer ministro
Dejamos atrás nuestra enorme habitación en el Marlin Waterloo para empezar a caminar rumbo al Big Ben. Entre conversaciones llegamos al Westminster Bridge, lo cruzamos y, una vez que estuvimos bajo la histórica torre de 96 metros, avanzamos por Parliament Street.
La avenida es una de las más importantes de la ciudad, por eso se entiende que sea utilizada por miles de autos cada día.
Enamorados del paisaje urbano llegamos hasta una esquina enrejada, donde muchos turistas intentaban tomar fotos. Era Downing Street, la calle donde está la casa del primer ministro.
La famosa vivienda (10 de Downing Street) está a mitad de cuadra, pero la mejor visión que se puede tener en un día normal es desde la esquina dado que la calzada está cerrada al tránsito y al turista en ambos accesos. Los policías de Londres custodian ambas entradas.
El escenario lo completan numerosos edificios públicos que son dignos de ser fotografiados. Aunque no se pueden lograr muy buenas tomas con una reja de por medio y mientras se está rodeado de turistas, la vista es linda.
Dover House y The Household Cavalry Museum
Es increíble todos los sitios históricos que hay por conocer en tan pocas cuadras.
El siguiente lugar que nos llamó la atención fue Dover House: una enorme mansión inaugurada en 1750, decorada en su frente por enormes columnas que atrae a todos los peatones.
A lo largo de la historia tuvo múltiples usos, pero hoy en día en su interior funciona la Oficina de Escocia en Londres .
Tras maravillarnos con la construcción, seguimos rumbo y nos detuvimos mucho antes de lo que pensamos. Frente a nuestros ojos apareció The Household Cavalry Museum.
Aunque suene repetitivo, no podemos negar que este sitio es otro emblema de Londres. Inaugurado en 1750, su primera función fue albergar el cuartel de la Casa de Caballería y en la actualidad, 270 años más tarde, mantiene las actividades originales en combinación con otras más turísticas.
Nosotros no ingresamos al museo, donde se puede observar objetos únicos que pocas veces se dieron a conocer en público y hasta establos originales del siglo XVIII. Sin embargo, llegamos en el momento justo porque había un cambio de guardia.
La Household Cavalry nos brindó un espectáculo único. Uno de los más tradicionales que observamos en nuestro primer viaje a Londres. Es increíble observar como los profesionales actuales, se visten, se paran y recorren el lugar de la misma manera que se hacía hace casi tres siglos. Actividad imperdible.
Parados en el corazón de Londres
Triple-Arched Bridge, The Cenotaph, The Women of World War II, Admiralty House, Earl Haig Memorial, Old War Office Building y Banqueting House; son otros de los emblemáticos lugares por conocer que se extienden a lo largo de Parliament Street.
No mentimos al mencionar que es necesario una semana en Londres para intentar explorar en detalle cada uno de estos lugares. Nosotros destinamos la misma cantidad de días al viaje entero, por lo tanto, era imposible ingresar a cada uno.
La hermosa caminata nos dejó parados en el corazón de Londres. Aquella rotonda protagonizada por el Admiralty Arch, construido sobre la Avenida The Mall que conduce directamente al Palacio de Buckingham.
Frente al sitio está la Plaza de Trafalgar, considerada un núcleo histórico de la ciudad. Sin lugar a dudas, el espacio que utiliza el londinense para festejar y reclamar todo lo que quiera.
Acá se encuentra la Columna de Nelson, elevada entre 1840 y 1843 para honrar a Horatio Nelson, almirante británico fallecido batalla de Trafalgar, la cual también es recordada con el nombre de la plaza.
La estructura tiene 5,5 metros de alto y está custodiada por dos enormes leones de bronce, construidos mediante la fundición de armas españolas capturadas.
El paisaje lo completa The National Gallery: uno de los museos de arte más importante de Londres ubicado bajo una construcción del siglo XIX, donde se exponen más de 2.300 pinturas europeas terminadas entre los años 1250 y 1900. Lugar de gran importancia para el local.
Viaje en metro para descansar las piernas
A esta altura del día y a esta altura de la semana, el cansancio corporal ya era una constante. Pero estábamos en Londres y las pequeñas molestias no iban a impedir que siguiéramos recorriendo la capital de Inglaterra.
Después de observar un pintoresco pub llamado “Sherlock Holmes”, pasar por la puerta de “Benjamin Franklin House” donde el histórico político vivió durante 16 años y meternos en un túnel para pasar por debajo de la Charing Cross; llegamos a Embankment Station.
Subimos al metro para dirigirnos a otro barrio que ya habíamos disfrutado de noche, pero que nunca lo vimos de día: St Katharine’s & Wapping.
Descendimos de la formación en Tower Hill y solo hubo que dar un paso para empaparnos de historia otra vez.
Cara a cara con la muralla de Londres
Si nos remontamos varios siglos en la historia, sabremos que Londres tuvo sus inicios como una ciudad amurallada y, para defenderse de los invasores, construyó la Tower of London.
Gracias a un gran trabajo de muchos años, la torre se mantiene intacta y al día de hoy se conserva un gran trozo del antiguo muro. En nuestros días ambos sectores son una gran atracción turística, catalogada por nosotros como imperdible.
Pararse en esa zona es especial. Hoy es el centro de la ciudad, pero hace más de mil años marcaba el final de la misma. Cuántas personas habrán pasado por allí. Cuantos sucesos habrán ocurrido sobre el mismo suelo que tuvimos la suerte de pisar. En fin… un lugar que invita a la reflexión.
A pasos de la estación del metro está Sundial at the Tower Hill Underground Station. Google lo identifica como un mirador, pero es mucho más que eso. Sobre el suelo se diseñó un increíble reloj de sol y, si te detienes a observarlo en detalle, podrás notar que en toda la circunferencia se cuenta la historia de Londres con imágenes talladas. Hermoso.
¿London Bridge o Tower Bridge?
El primer puente construido sobre el Río Támesis era de madera, fue diseñado por los romanos y quedó inaugurado en el año 46. Después de 1.974 años de historia, se cree que el London Bridge es el que más próximo está al sitio donde estuvo el original.
¿Por qué esta aclaración? Es muy común confundir London Bridge con el Tower Bridge debido a su proximidad y también a sus nombres parecidos, pero no están relacionados y tienen historias muy distintas.
London Bridge lleva el honor de tener el nombre del primer puente, pero el actual se inauguró el 17 de marzo de 1973, tiene 283 metros de largo y, aunque no lo creas, es uno de los más nuevos de la ciudad.
Tower Bridge se empezó a construir en 1886, por lo tanto, si lo comparamos con el histórico puente de madera, es muchísimo más nuevo. Ahora… en el momento de evaluarlo junto al nuevo “London Bridge”, el de la torre le ganó por 87 años.
Atardecer en la cima del Tower Bridge
Felicidad y emoción son las únicas dos palabras que pueden resumir lo que sentimos después de un paseo tan rico en cultura. Cada experiencia vivida hasta el momento había salido de maravilla y eso es impagable.
Pero… aún faltaba vivir un instante único que permanecerá guardado para siempre en nuestra memoria: subir a la cima del Tower Bridge.
A pesar de que el paseo no es gratuito, lo recomendamos sin lugar a dudas. Además de conocer el puente por dentro, desde allí se obtienen vistas únicas a toda la ciudad. El inmenso Río Támesis, The Shard, el moderno Ayuntamiento de Londres, Tower of London y hasta St. Paul’s Cathedral son algunos de los históricos edificios que se logran detectar con claridad.
Mediante un ascensor interno, uno avanza rápidamente por el interior de hierro y pronto llega a la cima del puente. En ese lugar nacen dos senderos peatonales muy bien diseñados, por donde uno puede circular libremente para obtener una de las mejores vistas panorámicas a la ciudad.
El diseño es moderno. Hay algunos sectores donde el suelo es de vidrio reforzado y uno puede ver la avenida del Tower Bridge bajo sus pies, desde casi 40 metros de altura. Muchos no se animan a pisarlo, pero tranquilo/a, que es bastante resistente.
Una vez que descendimos, aprovechamos para caminar de punta a punta por el transitado lugar para seguir admirando una de las estructuras más famosas de Londres. Hacía frío, el cielo estaba nublado y claro…el cansancio físico era notable. Sin embargo, nada importaba porque estábamos cumpliendo un sueño.
La tarde finalizó con un rico café de por medio y luego regresamos al hotel. Esa noche sería muy importante dado que seguiríamos viviendo otras aventuras pero, como siempre te digo, será tema de la próxima nota.