Uribelarrea es así. No hay un error con el título de la nota. Este hermoso pueblo, ubicado en la provincia de Buenos Aires, a mitad de camino entre Cañuelas y Lobos, realmente es un plan ideal para viajar en el tiempo.
Es normal que si nunca antes pronunciaste su nombre, te equivoques en los primeros diez intentos. Para nosotros, que siempre tuvimos la letra R medio floja, aún sigue siendo todo un desafío.
Uribelarrea está ahí. Solo 90 kilómetros la separan del centro porteño. Además, es un pueblo bonaerense muy accesible dado que su ingreso se encuentra sobre la Ruta Nacional 205.
¿Manejaste en más de una ocasión por aquel camino y nunca supiste de la existencia de este lugar? No te preocupes.
A pesar de que la entrada tiene un enorme arco donde con mucha alegría te da la bienvenida, no la vas a encontrar si vas apurado. Y mejor, porque “Uribe” no es un lugar para conocer con el tiempo justo.
¡Pero si estás igual!
Uribelarrea se fundó en 1890 cuando el estanciero Miguel Nemesio de Uribelarrea donó partes de sus tierras para que allí progrese una colonia agrícola. Dos años antes ya se habían trazado las calles.
Si don Nemesio tuviera la posibilidad física de visitar este destino bonaerense en el 2020, su primera reacción sería una gran sonrisa porque, a pesar de que ya pasaron 130 años, el pueblo se mantiene prácticamente igual.
Quizás esta ventaja sea algo común en otras provincias de Argentina o en otros lugares del mundo, pero en Buenos Aires hubo muchos pueblos del siglo XIX que supieron tener mucha vida y hoy solo se puede encontrar un puñado de casas abandonadas.
Sin embargo, en casi todas las esquinas de Uribelarrea, la palabra abandono no existe. Sus vecinos, que cada vez son más, tienen un gran respeto por la cultura local y trabajan para mantener las antiguas viviendas en un excelente estado pero sin modificar nada.
El pueblo no se mantiene así por arte de magia. Es muy querido por quienes allí viven y también por los visitantes. Nos animamos a decir (y ojalá no equivocarnos) que, dentro de 130 años Uribe seguirá igual que ahora, igual que en 1890.
¿Cómo fueron los inicios de Uribe?
Ya te contamos en qué año se fundó y quien fue el de la idea, pero para completar el paseo histórico aún hay mucho por mencionar en los siguientes párrafos.
Cómo ocurre en numerosos sitios, una de las primeras construcciones fue un templo religioso. La Iglesia de Nuestra Señora de Luján de Uribelarrea se inauguró el 14 de julio de 1890 y, al igual que muchos sitios del pueblo, fue creada por el arquitecto Pedro Benoit (el mismo que diseñó La Plata).
En 1892 este pintoresco lugar ya contaba con 19 construcciones y eso le permitió dar un gran salto: se inauguró la estación ferroviaria para que estuviese en pleno contacto con Cañuelas y también con la ciudad vecina de Lobos.
Todo fue un éxito. La llegada del tren le dio renombre, trajo nuevos vecinos y, para continuar con el proceso de crecimiento, el 26 de enero de 1894 se fundó la Escuela Agrotécnica Salesiana “Don Bosco”. La primera de su tipo en Argentina.
Traigan vacas que espacio hay de sobra
Comenzado el siglo XX, Uribelarrea ya era un sitio importante. Debido a su ubicación, las ganas de progreso y el excelente servicio ferroviario que brindaba, hacia 1930 aquí se comenzaron a instalar tambos.
Rápidamente la producción lechera se convirtió en la mayor actividad de la zona para mediados de 1950. Llegaron a inaugurar medio centenar de tambos y muchas queserías, administradas, en su mayoría, por inmigrantes vascos e italianos.
Y acá encontramos la razón de cómo continuó el proceso demográfico. Las fábricas necesitan empleados, por lo tanto, donde se trasladan las fábricas, allí se establecen los trabajadores. Algunos de ellos, hoy, vecinos históricos de Uribe.
A puro mate con Madonna y Antonio Banderas
El paisaje tan característico de Uribelarrea convirtió al pequeño pueblo de campo en escenografía de grandes producciones cinematográficas.
Muchas películas se grabaron en la segunda mitad del siglo XX, pero ninguna se comparó con la mega producción internacional que desembarcó entre sus calles empedradas, a mediados de 1995.
El director de cine Alan Parker, que lamentablemente falleció el pasado 31 de julio, dirigió “Evita”, que hasta ese momento era considerada la película más cara de la historia.
Entre su elenco de lujo estaba la gran cantante estadounidense conocida como Madonna, y el galán español Antonio Banderas. Ambos, junto a todo el equipo, viajaron por el mundo para grabar diferentes escenas.
A medida que avanzaba la producción, Parker inició la búsqueda de un lugar con características determinadas y Uribelarrea cumplió con todas sus expectativas. Por lo tanto, el conjunto de profesionales viajó inmediatamente al pueblo bonaerense.
Escribimos “a puro mate” de manera cómica porque no hay registros que realmente se haya dado un momento exactamente así.
Sin embargo, están todos los registros de que las dos estrellas recorrieron el tranquilo Uribelarrea, robándose la mirada de todos los vecinos, conociéndolos en detalle y compartiendo largos momentos que fueron inmortalizados.
El Uribe de nuestros días
Más allá de que el pueblo era un destino turístico antes de 1995, miles de personas viajaron para conocerlo tras el estreno de la película un año más tarde.
Aunque el sitio sigue intacto en cuanto a sus construcciones, supo adaptarse muy bien al turismo y hoy representa uno de sus mayores ingresos.
Viajeros de todo el mundo se pasean por sus calles con mucha paz, se alojan en los diferentes hoteles, exploran con detalle la Plaza Centenario de forma octogonal y, si tienen suerte, hasta pueden comprar un recuerdo en la Feria Artesanal de Microemprendedores que realizan todos los meses los chicos “del Don Bosco”.
La vuelta por Uribelarrea suele continuar con una visita al almacén El Palenque, construido en 1890, y podría finalizar con una vuelta por la antigua estación que aún continúa en funcionamiento. No tiene muchas frecuencias pero aún recibe trenes de carga y de pasajeros.
Fiesta de la Picada y la Cerveza Artesanal
Si visitaste Uribe y no probaste alguno de sus quesos o te olvidaste de tomar alguna cerveza, lamento decirte que la visita estuvo incompleta.
Este destino tiene un importante sector gastronómico con productos de primera calidad.
Todos tienen muy buen puntaje de sus comensales pero nosotros vamos a recomendar “Pueblo Escondido”. Fuimos dos veces, disfrutamos dos picadas y realmente nos encantó.
Al ir boca en boca, la calidad de las comidas en Uribelarrea llevó a un incremento notable en el turismo gastronómico. Fue por eso que, desde 2009, se comenzó a celebrar la Fiesta de la Picada y la Cerveza Artesanal.
La celebración anual es una locura porque de repente, el tranquilo pueblo recibe a miles de turistas que llegan todos juntos para festejar con mucha bebida y comida. Es muy bueno para la economía local pero hay quienes no les gusta para nada el evento masivo.
Lo cierto es que siempre es un éxito. Además de probar ricos platos y buenas cervezas, también hay espectáculos musicales de primera calidad y siempre se realiza la elección “de la reina” sobre el escenario principal.
Un sitio único
Mucho pasó, está pasando y pasará por Uribelarrea. Eso está claro. La energía de este lugar es única y cualquier persona podría sentirse cómoda al recorrer sus calles. Visitalo. No te vas a arrepentir.