Tigre es una ciudad muy especial de Buenos Aires, la cual desde el primer minuto supo destacarse mediante sus increíbles paisajes, su gente y también los hechos históricos ocurridos sobre su territorio. 

Hay mucho por contar de este bello destino, elegido por una infinidad de viajeros como un sitio para descansar y pasar reconfortantes vacaciones. 

Si querés saber más sobre nuestra experiencia en el lugar, tuvimos la suerte de recorrerlo en varias ocasiones. Aunque se encuentre en la misma provincia, no está muy cerca de casa, pero eso no impide que lo visitemos con frecuencia. 

No los tenemos contados, pero seguramente son más de 20 los viajes que realizamos a Tigre en los últimos años. Bajo esta realidad, pensarás que conocemos todo, pero no es así. Allí siempre encontrarás algo nuevo. 

Desde sus múltiples medios de transporte hasta la variedad de museos que hay en su interior, es casi imposible que no te sientas atraído/a por la urbanización, ubicada en el partido del mismo nombre, a 32 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Esta será la primera nota escrita sobre Tigre en El Diario de Viaje, pero no te preocupes porque en muy poco tiempo ya habrá información de sobra sobre sus atractivos. 

¿Cómo llegar?

Por increíble que parezca, una pregunta tan sencilla, en este caso, tiene muchas respuestas. 

Resulta que la importancia de la ciudad generó que al día de hoy se pueda utilizar casi cualquier medio de transporte para viajar a visitarla. 

Si vas en un vehículo, la Ruta Nacional 9 es ideal para salir de CABA y rodar hacia tu destino. Prestá atención porque en la autopista deberás tomar el desvío “Ramal Tigre” que te conduce al centro de todo. 

En el caso que no cuentes con esta opción, las buenas noticias continúan porque el transporte público abunda. Si elegís el colectivo, hay seis líneas disponibles con recorridos diferentes. 

¿Te gustan los trenes? Excelente. Existen dos servicios con destino a Tigre que, además de completar un largo viaje en minutos, también pueden ser considerados como atractivos turísticos. 

Uno de ellos parte desde la Estación Retiro y circula por las vías del Ferrocarril Mitre hasta el lugar mencionado. El segundo, llamado “Tren de la Costa”, es netamente turístico y muy lindo de conocer. 

¿Estás más lejos? No hay problema. Tigre tiene una terminal de ómnibus donde llegan micros de todo el país y también cuenta con la fabulosa Estación Fluvial Internacional Domingo Faustino Sarmiento. 

Leyendas urbanas

Aunque en el mundo hay muchos sitios que tienen en claro cuáles fueron sus inicios, podés saber de otros donde las historias forman parte de grandes leyendas. Tigre estaría en el segundo grupo. 

Según lo conversado de boca en boca, varios siglos atrás, cuando todo era una aldea, había un yaguareté conflictivo que vivía en el río, el cual perjudicaba la vida cotidiana de los pocos vecinos. 

Un día, cansados del animal, se lo habría sacrificado. Eso motivó a bautizar el cauce con el nombre “Tigre” el cual, mucho tiempo después, incorporaría la enorme ciudad. 

Más allá de que no se haya podido comprobar tal relato, es muy cierto que el sitio estaba poblado por yaguaretés. Resulta que con el avance de los humanos, el félido se retiró y hoy se encuentra en puntos aislados del noreste argentino. 

El primer dueño con escritura

Mientras se formaba la leyenda, la historia cuenta que la mayoría de los habitantes pertenecían al grupo nativo llamado querandíes. 

Todo cambió ni bien llegaron los españoles a colonizar las tierras y, casi al mismo tiempo que se concretó la segunda fundación de Buenos Aires, todo el territorio del actual Tigre fue adquirido por Gonzalo Martel de Gusmán. 

Este suceso quedó registrado el 24 de octubre de 1580, a través de un documento firmado por el mismísimo fundador del centro porteño, Juan de Garay. 

Si bien Gusmán pudo hacer uso del sitio como quería, sus descendientes tuvieron que ceder varios sectores para comenzar a aprovechar las condiciones del relieve, mediante actividades comerciales. 

Al haber más movimiento, se pudo crear un pequeño puerto y pronto llegaron embarcaciones de todo el mundo para facilitar el traslado o envío de productos a otros países. 

Enorme evolución en “Pago de las Conchas”

Siempre mencionamos que una simple palabra puede tener diversos significados, dependiendo del lugar donde te encuentres. 

Precisamente en este caso vemos como la palabra en español autorizada para formar parte del nombre de un lugar, hoy sería tomada a gracia por los argentinos, debido al cambio de sentido.

Sin embargo, culturalmente eso no sucedió entre el siglo XVIII y mediados del siglo XX, donde Tigre, y su caudal principal, eran conocidos por el nombre que ya mencionamos. 

Durante el lapso mencionado se dio la mayor evolución local, donde un simple pueblo ubicado frente a las puertas de un delta, se convirtió en una mega ciudad, cabecera del partido. 

Crecimiento imparable

Más allá de que el comercio ya se había establecido, llegó a su punto máximo en 1790 donde el tráfico de buques era enorme, debido a la gran demanda de productos oriundos del lugar. 

Claro que hubo complicaciones. Por ejemplo, todo lo construido en tantos años fue arrasado por una grave tormenta en 1805 que, entre tantas cosas, provocó el desplazamiento de grandes multitudes a otros puntos como la actual ciudad lindera de San Fernando. 

Con lo último, solo apuntamos a dejar en claro que Tigre estaba en pleno proceso de formación y se tomaron decisiones correctas con el paso del tiempo. 

Invasiones Inglesas

Tan solo un año después del temporal mencionado, un hecho histórico tuvo lugar en las costas de Tigre: Santiago de Liniers desembarcó en el lugar para recuperar Buenos Aires, que estaba al mando de los ingleses por ese entonces. 

Hasta nuestros días se trata de un suceso muy importante para la ciudad, que hasta llegó a bautizar “Reconquista” al río protagonista de su paisaje. Hoy lleva el nombre del lugar.

Como en todo, hay muchas opiniones sobre lo mismo. Algunas buenas y otras no tanto, pero más allá de los ideales, nadie puede negar lo ocurrido en las aguas de este gran espacio turístico. 

¡Llegó el tren!

Hasta el 1 de enero de 1865, la única forma de unir Buenos Aires con Tigre era viajar en carreta durante 24 horas. Todo cambió con la llegada del primer tren en la fecha mencionada. 

Además de reducir ampliamente el tiempo de viaje, fue un sistema de transporte ideal para trasladar toneladas y toneladas de productos. Una tarea de meses, reducida a un par de minutos. 

Hoy en día cuenta con dos ramales, ya mencionados en las primeras líneas de la nota, y sobre cuales indagaremos en un futuro muy cercano. 

Un cierre de siglo espectacular

Los últimos 50 años del siglo XIX fueron muy especiales para Tigre. Un proceso de evolución rápido, que la posicionó entre las ciudades más destacadas de la época. 

Además del tren, en la década de 1860 también se construyó el primer edificio de la zona, el cual fue utilizado como los Talleres de Marina y hoy es el Museo Naval. A su par, cientos de casas también fueron inauguradas. 

Y bajo la supervisión de todo lo realizado en los últimos años, estuvo el intendente Daniel María Cazón. Fue clave para la creación de escuelas, caminos, desagües, plazas y viviendas, entre otros. Hoy la calle principal de la ciudad lleva su nombre. 

Finalmente, llegaron los turistas

Tigre no paró de crecer en los últimos 121 años. Además de mantener gran parte de la producción  que lo vio nacer, también apuntó a otros caminos y hoy el turismo deja grandes ingresos. 

Es un espacio cargado de naturaleza, donde sobran las opciones para que chicos, adolescentes, adultos y abuelos; disfruten su estadía a lo grande. 

¿Vas un par de horas? Hay todo tipo de alternativas para que las aproveches. ¿Planeas quedarte un mes? Ningún problema. Encontrás desde un hostel y hasta mansiones de lujo para hospedarte el tiempo que quieras. 

¿Y sus atractivos? ¿Qué se puede conocer en Tigre? Para eso realizamos una nota exclusiva, que podés leer acá. 

Nuestras experiencias en Buenos Aires

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