Temprano por la mañana, nos despertamos muy acalorados en Sierra de la Ventana. Pero eso no nos impidió empezar a planificar la jornada, durante la cual conocimos los alrededores de la ciudad y hasta la maravillosa localidad vecina de Saldungaray. 

Durante la tarde anterior, en nuestro primer recorrido por la Sierra habíamos intentado visitar la Casa de Turismo pero, debido al horario, tuvimos que posponer los planes durante algunas horas. 

Finalmente, en el comienzo de nuestro segundo día, pudimos ingresar al lugar, fuimos atendidos de maravillas y recibimos todas las indicaciones necesarias para disfrutar de nuestra estadía. 

Además de ser un espacio ideal para diagramar tus vacaciones, la Casa de Turismo de Sierra de la Ventana tiene un diseño muy particular, en donde predomina la madera y las aberturas grandes. 

Y como si eso fuera poco, también tiene un sector dedicado a fotos antiguas del municipio e información sobre la fauna y flora autóctona del lugar. ¡Recomendamos visitarla!

¡A mojar los pies en el Arroyo Sauce Grande!

Luego de analizar el mapa que nos habían regalado, descubrimos que estábamos muy cerca del comienzo de un recorrido turístico por los alrededores de Sierra de la Ventana. 

Si bien es un paseo que se propone como atractivo, la realidad es que nunca deja de ser una calle residencial que rodea gran parte de la localidad, casi siempre acompañada del Arroyo Sauce Grande. 

Arroyo Sauce Grande de Sierra de la Ventana

Para que lo puedas disfrutar en tu próximo viaje, te contamos que el camino comienza en la Estación de Sierra de la Ventana, rodea el campo de golf de la ciudad y luego se encuentra con el arroyo, que lo sigue de cerca hasta el final del camino, ubicado en el ya mencionado punto de partida. 

Si bien se puede hacer a pie, aquella jornada de enero se presentó con temperaturas de hasta 38°C. Por lo tanto, decidimos subirnos al auto y completar el recorrido sobre ruedas para evitar un golpe de calor. 

Antes de llegar a su fin, sobre el extremo oeste de la ciudad, nos encontramos con un lindo espacio recreativo llamado Balneario “Los Angelitos” y, a pesar de que había mucha gente, no dudamos en detenernos para bajar a mojarnos los pies. 

Balneario

Un paseo por el bosque

Para nuestra sorpresa, este balneario municipal estaba equipado con todo lo que un viajero necesita para disfrutar de una jornada refrescante de verano con vistas a las sierras bonaerenses. 

Desde mesas y sillas estilo camping para disfrutar de una rica comida, hasta un pequeño comercio con gaseosas, hielo y galletitas es algo de todo lo que podrás encontrar allí. 

Además, para los más aventureros, también hay un sector de alquiler de kayaks, ideales para navegar por el Arroyo Sauce Grande que atraviesa al Balneario “Los Angelitos”. 

De todas formas, no es necesario consumir o hacer una actividad específica para disfrutar del lugar. Un claro ejemplo es el nuestro que llegamos, cruzamos el arroyo y nos sentamos en la sombra a contemplar el paisaje. 

Descanso en el Arroyo Sauce Grande de Sierra de la Ventana

Escuchar el correr del agua, al mismo tiempo que disfrutas de ver como las ramas de los árboles se mueven por la fuerza del viento, es una actividad realmente relajante. 

Finalmente, antes de seguir con el paseo del día, realizamos una pequeña caminata dentro de un bosque lindero al balneario. No hay muchos kilómetros por explorar, pero el paisaje verde que te rodea es digno de conocer. 

Llegó la hora de escalar nuestra primera montaña

Tras darle un cierre a nuestro paso por el balneario y llegar al final del recorrido turístico que habíamos iniciado por nuestra cuenta en horas de la mañana, decidimos atravesar toda la ciudad para conocerla desde otra perspectiva. 

Si bien no es muy grande, Sierra de la Ventana es muy visitada en verano. Es por eso que, si eliges circular por las calles del centro, quizás te lleve algunos minutos más de lo pretendido. 

Entonces, antes del mediodía nos retiramos bastante del sector más urbanizado de la localidad y escalamos nuestra primera montaña del viaje para visitar el Mirador de los Jardines del Pillahuinco. 

Mirador de Sierra de la Ventana

El sitio es de acceso fácil y gratuito. Además, no es visitado por muchas personas al mismo tiempo y eso lo convierte en un punto ideal para seguir disfrutando la tranquilidad del paisaje. 

A pesar del calor, nosotros pasamos poco más de 10 minutos admirando las vistas desde allí. Si bien no es un mirador ubicado a gran altura, es posible ver desde allí todo el centro arbolado de Sierra de la Ventana y hasta el punto más alto de la provincia de Buenos Aires: el Cerro Tres Picos.

Un almuerzo… ¿Vegano? 

Si has leído más de una nota en El Diario de Viaje, sabrás que nos gusta probar comida de todas las características. Por lo tanto, cuando tuvimos la oportunidad de disfrutar un almuerzo vegano, no lo dudamos. 

Siguiendo con el relato, luego de nuestra visita al mirador, buscamos un lugar para comer y nos encontramos con el Punto Veggie Food Truck: un pequeño comercio sobre ruedas, ubicado en un punto muy tranquilo de la ciudad. 

Sin tener mucho conocimiento, pedimos diferentes platos y todo nos gustó. A pesar de no ser fanáticos de la comida vegana, realmente nos llevamos una sorpresa gastronómica muy especial. 

¡Nos vamos para Saldungaray! 

A tan solo 9 kilómetros de Sierra de la Ventana se encuentra una hermosa localidad llamada Saldungaray. Sí, sabemos que tiene un nombre complicado de mencionar pero, con el tiempo, tu lengua se acostumbrará y lo harás sin complicaciones. 

Saldungaray es un poblado mucho más pequeño que Sierra y sin lugar a dudas lo tienes que incluir en tus planes de viaje porque tiene mucho para ofrecer. 

Llegar es fácil porque está unida con Sierra de la Ventana a través de la Ruta Provincial 72. Es un camino de asfalto y, al menos hasta enero de 2022, estaba en perfectas condiciones. 

Nuestra visita a Saldungaray fue breve pero muy entretenida. Al llegar apreciamos una de sus vistas al Arroyo Sauce Grande, que también bordea la ciudad, y luego conocimos por fuera el Fortín Pavón. 

Fortín Pavón de Saldungaray

Para quién no lo conozca, el fortín es una antigua construcción del siglo XIX que sirvió como lugar de abastecimiento de numerosos conflictos. Pero lo más importante es que, a su alrededor, se construyó la localidad. 

Lamentablemente no lo pudimos conocer en detalle porque, debido al horario, el predio estaba cerrado. Pero si tienes la posibilidad de hacerlo en tu próximo viaje, no dudes en conocerlo. 

¿Te animas a recorrer el Cementerio de Saldungaray? 

Durante los últimos años se ha incrementado el interés turístico sobre los cementerios del mundo y, a pesar de que muchas personas no están de acuerdo, muchos se han convertido en grandes atractivos. 

Sin embargo, con el Cementerio de Saldungaray ocurre algo bastante llamativo porque, si bien es pequeño, todos los viajeros quieren conocerlo por su gigantesca puerta de entrada. 

Ubicada sobre la ya mencionada Ruta Provincial 72, este portal con formato de rueda corresponde a una obra diseñada por el arquitecto Francisco Salamone en 1938. ¡Tiene 18 metros de diámetro!

Finalmente, sobre el cementerio no hay mucha información pero el dato más importante es que allí descansan, desde 1911, los restos de la familia Saldungaray, fundadora del pueblo. 

¿Una bodega en Buenos Aires? 

Por error o desconocimiento, muchas personas imaginan que la producción de vino en Argentina solo se centra en la región de Cuyo, especialmente en la provincia de Mendoza. 

Por otro lado, quienes saben un poco más del tema, también tienen información de que el vino se produce en múltiples provincias del norte argentino así como también en algunos puntos de la Patagonia. 

Sin embargo, realmente muy pocos saben que la provincia de Buenos Aires también tiene sectores preparados para dicha producción y uno de ellos es la Bodega Saldungaray. 

Edificio de la Bodega Saldungaray

Ubicada a pocos kilómetros del centro del pueblo, es una bodega gigantesca con extensos campos de viñedos y múltiples sectores para albergar y embotellar el vino. 

Visitarla es uno de los paseos más populares en Saldungaray, sobre todo porque está preparada para realizar visitas guiadas con profesionales. Nosotros la conocimos por algunos minutos y, si bien no realizamos el paseo, nos llevamos una pintoresca botella de vino tinto, elaborado en tierras bonaerenses.

Ingreso a la Bodega Saldungaray

¡Hasta la próxima, Saldungaray! 

El sol comenzaba a despedirse y aún teníamos que regresar a nuestro hotel, ubicado en Sierra de la Ventana. Pero ese contexto no nos impidió seguir disfrutando del paseo por Saldungaray. 

Antes de despedirnos, nos detuvimos frente a su estación de tren para conocerla, ya que somos fanáticos de todo lo que esté relacionado a lo ferroviario. 

Edificio de la Estación Saldungaray

Para nuestra sorpresa, nos encontramos con la antigua estación en perfectas condiciones. Estaba pintada, bien mantenida y acompañada por un andén super limpio, con el pasto corto. 

Andén de la Estación Saldungaray

Al igual que sucede con la Estación de Sierra de la Ventana, la de Saldungaray sigue en funcionamiento pero únicamente para trenes de carga. Lamentablemente, desde el 2016 ya no reciben trenes de pasajeros. 

Finalizado nuestro paso por la estación, recorrimos el centro de Saldungaray, conocimos su plaza principal y hasta fotografiamos su edificio municipal, diseñado por el mismo arquitecto que ideó el portal del cementerio. 

Edificio Municipal de Saldungaray

Felices y sin hacer mucho ruido, porque todo el pueblo dormía la siesta, nos despedimos de Saldungaray haciendo la última foto a su pintoresco cartel de bienvenida, ubicado sobre la Ruta 72. 

Cartel de Bienvenida a Saldungaray

Cena a la parrilla y a dormir 

De regreso en Sierra de la Ventana, visitamos uno de los supermercados para comprar algo de comida. Finalmente, con la compra terminada, regresamos al Hotel Alihuen, en dónde estábamos alojados, para preparar la cena. 

El predio del alojamiento tiene muy lindas parrillas y los huéspedes pueden utilizarlas en cualquier momento. Por lo tanto, no dudamos en encender el fuego para preparar el pollo que habíamos comprado. 

Pasadas las 22, la cena estuvo lista y la disfrutamos al aire libre. La noche se presentó con mucho calor, por lo tanto, el plan de comer a la luz de la luna fue ideal. 

Cansados de tanta actividad, antes de la medianoche regresamos a las camas y dimos por finalizado el Día 2 de nuestro RoadTrip Serrano. 

Al siguiente día nos despertamos bien temprano y, tras el desayuno, viajamos algunos kilómetros para conocer una montaña bastante famosa de la zona. Pero esa aventura te la contamos mejor en la próxima nota.

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