En nuestra vuelta por la Plaza de Mayo tomamos la decisión de incluir al Palacio de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Si bien su entrada principal no está frente al espacio verde mencionado, la enorme construcción se asoma por la Diagonal Sur y es toda una protagonista del paisaje. 

¡No te lo pierdas!

Si no tenés mucho tiempo para seguir leyendo hasta el final de la nota, no te preocupes porque ya te digo lo más importante: sí, el edificio se puede visitar. 

¿Cuando? De lunes a viernes (menos los jueves) entre las 10 y las 18 horas. 

¿De qué manera? Existen diferentes recorridos y todos son con guías profesionales. Entonces, hay que solicitar un turno para coordinar con anticipación el paseo. 

¿Con quién tenés que comunicarte? Con el departamento de visitas guiadas al teléfono 4338-3000 (internos 1040/1041) o podés escribir un mail a visitasguiadas@legislatura.gov.ar.

¿Cómo llegar? La opción más recomendada es en Subte porque en la puerta del Palacio de la Legislatura está la estación Bolívar, correspondiente a la Línea “E”. Pero… Se ubica a dos pasos de la Plaza de Mayo y eso significa que tenés a disposición casi todas las opciones de traslado. 

Todo comenzó con una discusión

Ahora sí. Mencionadas todas las cuestiones “administrativas” procedemos a contarte un poquito de la historia que este hermoso edificio porteño tiene para ofrecer. Si todavía continúas leyendo, nos consideramos unos privilegiados. ¡Gracias!

Finalizaba el siglo XIX y el paisaje urbano de Buenos Aires estaba en constante actualización. Ampliaron las calles, modificaron sus sentidos, inauguraron nuevas plazas y también construyeron algunos edificios que hoy son un emblema. 

Entre tantos cambios, hacia 1896 salió a la luz una de las tantas discusiones: la antigua sede del Concejo Deliberante había quedado chica y, debido a su reducido tamaño, en su interior ya no se podían cumplir las tareas con comodidad. 

20 años de incógnitas

Las quejas y los reclamos aumentaron considerablemente cuando inició el siglo XX, pero nadie imaginaba que aún faltaba mucho para solucionar las cosas. 

Recién en 1917 se realizó el pedido formal para construir un nuevo edificio. Fue aceptado, pero esto no hizo más que despertar otro gran debate: ¿Donde ubicamos la enorme construcción?

Entre idas y vueltas, el 18 de noviembre de 1926 se organizó un importante acto para colocar la piedra fundamental del nuevo Palacio de la Legislatura de Buenos Aires.

Los primeros pasos

El 19 de septiembre de 1927 comenzó oficialmente la obra. Quien estuvo a cargo del diseño fue el arquitecto Héctor Ayerza, que se había recibido en la Universidad de Buenos Aires 11 años antes. 

Aunque los planos eran claros, hubo diferentes sucesos que cambiaron los proyectos originales. El más importante fue haber encontrado una serie de túneles de la época colonial mientras realizaban las excavaciones, los cuales fueron ideados por los jesuitas para comunicar la Manzana de las Luces con el Cabildo.

Tras cambiar de ubicación en 1929, rápidamente se montó una enorme estructura metálica de 2.500 toneladas para que el nuevo Palacio de la Legislatura se mantenga firme. Fue toda una novedad en aquella época. 

No hay dudas que hasta el último momento el trabajo era un gran desafío, pero por suerte quedó impecable. Lograron completar su fachada y embellecer los interiores en tiempo récord. 

El día de la inauguración

A las 12 del mediodía del sábado 3 de octubre de 1931 se inauguró en hermoso Palacio de la Legislatura de Buenos Aires. Aunque todo parecía una fiesta, el cuerpo deliberativo de la ciudad no estaba en funciones porque Argentina acababa de tener su primer golpe de Estado. 

Con el paso de las décadas, la construcción atravesó miles de momentos. Hubo muchos cambios en cuanto a las funciones que allí se cumplieron, pero la belleza de la estructura nunca se perdió. 

Por suerte, se le realizaron constantes trabajos de mantenimiento y gracias a ello hoy podemos disfrutar el sitio, declarado Monumento Histórico Nacional en 2011, de la misma manera que hace 89 años. 

¿Qué podemos encontrar en su interior?

El Palacio de la Legislatura de Buenos Aires es enorme. No hay dudas sobre eso. 

Cuenta con un subsuelo, planta baja y cuatro niveles superiores. A eso se le suma la terraza, protagonizada con una enorme torre que permite alcanzar los 97 metros de altura. 

Al momento de ingresar, podrás apreciar el Hall Principal muy bien decorado y una gran escalera (inspirada en la que posee el Palacio Royal de París) que conecta con el Hall de Honor. 

Esta primera parte, que se completa con una pintoresca Sala de Espera, está adornada con piedras, maderas y hasta cristales, que le otorgan un lujo especial. El panorama ideal para darnos más ganas de seguir explorando. 

Claro que el sitio continúa siendo la sede del Concejo Deliberante y es por eso que aún perduran sus sectores de trabajo, tales como el Salón Presidencial, el de la Vicepresidencia Primera y otro para la Vicepresidencia Segunda, uno para la Secretaría Parlamentaria, el de la Secretaría Administrativa y, finalmente, el conocido por Salón Intersecretarías.

Los sectores más lujosos del palacio

Haber sido denominado como un palacio no le queda grande a este edificio porque cumple con todas las condiciones para ser llamado así. 

Además de los salones ya mencionados, aquí hay otros que en algunos casos los superan en tamaño y lujos. 

El Salón Dorado es una maravilla. Está basado en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles en Francia, tiene inmensas columnas, un balcón y está iluminado por seis arañas de 45 velas y 14 arañas de diez luces.

Por otro lado, se encuentra el Salón Montevideo, creado para demostrar las excelentes relaciones entre Buenos Aires y la ciudad capital del país vecino. En el Palacio Legislativo de Uruguay, también se encuentra el “Salón Buenos Aires”. 

Ni bien se ingresa, al lado del Hall Principal, está el Salón Presidente Perón. La estructura es muy similar a la de los anteriores, dado que cuenta con seis columnas principales y cientos de espacios decorados a puro lujo. 

Mediante la utilización de la Escalera de Honor, se llega al Salón San Martín. Claro que su nombre es en homenaje al general argentino y, entre tantas cosas bonitas que tiene, se resalta un óvalo tallado en piedra caliza extraída de la cordillera andina.

Otro sitio de suma importancia es el Salón Eva Perón. Su valor no solo tiene que ver por la arquitectura, sino también porque este espacio fue utilizado por Eva entre 1947 y 1952 para cumplir con sus tareas de ayuda social. Se mantiene el mobiliario intacto. 

Y la extensa lista de salones la completan otros cinco: el Salón de Concejales, el Salón Comedor de Honor (que nunca se utilizó como comedor), la Sala de Periodistas, una Sala de Taquigrafías y una Sala de exposiciones, que se pudo recuperar en 2007 y se encuentra en el subsuelo. 

Entre libros y diarios

El enorme Palacio de la Legislatura de Buenos Aires, además de todo lo mencionado, también luce otros dos espacios famosos: la Biblioteca Esteban Echeverría y la Hemeroteca José Hernández.

En cuanto a la primera, se encuentra en el piso principal y tiene un total de 35.000 ejemplares. Los más antiguos datan del siglo XVII, por lo tanto, el cuidado de las instalaciones es extremo. 

Por si no lo sabías, una hemeroteca es el sitio donde se guardan o coleccionan diferentes periódicos. Los más antiguos que allí se encuentran corresponden a ediciones de 1870, pero de entrar en detalles, también hay diarios y revistas de todo el mundo que tienen un gran valor cultural. 

No nos olvidamos de su torre

Aunque se podría decir que es la protagonista del Palacio de la Legislatura de Buenos Aires, decidimos dejarla para el final. 

Ya mencionamos que alcanza los 97 metros de altura, pero aún queda mucho por contar. Su reloj, que controla el ritmo de otros 80 repartidos por el edificio, data del año 1930 y, según muchas opiniones, es el más alto de la ciudad.

La estructura, decorada en su parte inferior por 26 estatuas, tiene un desarrollado sistema de campanas que se divide en dos: 

Por un lado hay un carrillón de cinco unidades, donde se destaca “La Argentina”, considerada la más grande de todas con un peso total de 1.800 kilos. 

Y a este sistema se le suma otro similar pero aún más grande. Se lo conoce como carrillón alemán, tiene 30 campanas de todos los tamaños, su peso final es de 27.350 kilos y cuando se inauguró era el más grande de Sudamérica. 

Un sitio especial

Creeme que la nota es muy corta en relación a todo lo que hay por contar del Palacio de la Legislatura de Buenos Aires. Sus múltiples salones, escaleras, niveles, columnas y hasta su torre, se prestan para una nota especial e individual que pronto prometo realizar. 

En la ciudad sobran los edificios emblemáticos y este no es la excepción. Maravilloso y bello, son dos términos que, a simple vista, le quedan excelentes. ¡No te lo pierdas!


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