Carmen de Areco, la hermosa ciudad bonaerense ubicada a 140 kilómetros de Buenos Aires, es ideal para cualquier tipo de plan. ¿Paseo histórico? Obvio que lo recomendamos, pero también, si te toca un “finde” soleado, disfrutá la naturaleza local. 

Durante el viaje que tuvimos la oportunidad de hacer a finales de febrero, como Embajadores Locales de Destinos Turísticos Inteligentes, exploramos cada rincón del destino y recorrimos dos sitios muy famosos al aire libre: La vieja estación y el balneario. 

A simple vista son dos espacios totalmente diferentes, pero que coinciden en cuanto a la belleza de sus alrededores, el paisaje que representan y las diferentes actividades que se pueden realizar en ambos. 

Algo importante de mencionar desde el principio es que el balneario es privado, por lo tanto hay que abonar un monto en pesos argentinos, que varía según la cantidad de tiempo que permanezcas en las instalaciones. 

Todo lo contrario sucede con la vieja estación, la cual no tiene mucho para ofrecer más allá que una reseña histórica, pero el paseo es completamente gratuito. 

Balneario Carmen de Areco

Ubicado a 3 kilómetros del casco urbano, el Balneario Carmen de Areco es el espacio de recreación al aire libre más importante de la ciudad. 

Llegar es muy fácil y no hay que salir a la ruta, por lo tanto, algunos minutos de paseo a baja velocidad por las calles internas serán lo único que necesites a la hora de visitarlo. 

Nosotros llegamos gracias a la combi del Municipio de Carmen de Areco, la cual nos acercó hasta el interior del establecimiento. Allí acordamos un horario de reencuentro y eso nos brindó la posibilidad de caminar por el predio libremente durante 30 minutos. 

Desde la entrada ya nos había llamado la atención el buen estado en el cual se encuentra todo el parque, con el pasto corto, mucha gente trabajando y opciones para niños, adolescentes, parejas, amigos, familiares y todo tipo de grupo social. 

Sector de camping

Junto a otros embajadores DTI empezamos a caminar sin un rumbo fijo y pronto encontramos el sector preparado para acampar. Una zona muy tranquila, con vistas al Río Areco. 

Nuestra visita sucedió en plena pandemia mundial por el Covid-19, entonces el predio estaba funcionando con restricciones y por eso vimos pocas carpas. 

Entre cada una de ellas había una distancia prudente. Ideal para que cada grupo permanezca en su zona, disfrutando de la naturaleza o preparando un rico asado. 

¿Dijimos asado? Claro. Pegado al sector donde vimos las carpas había una seguidilla de parrillas, que ahí te esperan para que vos llegues con tu corte de carne y lo prepares a tu gusto. 

¡Cruzamos un puente colgante!

Nuestro paseo a pie continuó hasta las orillas del Río Areco, el cual ofrece un espectáculo de naturaleza increíble y se mantiene muy limpio. 

Precisamente en la orilla notarás que sobran los carteles anunciando “prohibido bañarse en el río”, por lo tanto, es un espacio para disfrutar únicamente con la vista. 

Avanzamos y cerca de las 11 de la mañana descubrimos un puente colgante, diseñado exclusivamente para cruzar el cauce de agua ya mencionado. 

Todos los embajadores coordinamos para atravesarlo a nuestro ritmo, sacar algunas fotos en el momento y también, quienes más equilibrio tenían ese mediodía, se animaron a filmar pequeños videos. 

Es un puente corto, casi pegado a la superficie del agua y colocado en una zona donde el río es tranquilo. Cruzarlo no requiere ningún tipo de habilidad. Solo deberás estar atento/a a sujetarte de las barandas porque se mueve bastante. 

Comida por todos lados

Frente a una de las entradas que tiene el puente colgante hay un pequeño sector de sombrillas, ideales para disfrutar un plato de comida en la parrilla que ahí funciona. 

Claro que tenes la posibilidad de cocinar tu propia carne pero, si no tenés ganas de ponerte a trabajar con el carbón o la leña, hay profesionales a disposición que lo hacen por vos. 

Por otro lado, cerca de la entrada al predio hay una proveeduría. No tuvimos la oportunidad de ingresar, pero por fuera se la ve repleta de artículos. 

Un espacio pequeño pero que siempre te puede salvar. Uno nunca sabe cuando se olvidó la yerba para el mate, el pan para el asado o la gaseosa para el almuerzo, por lo tanto, la presencia del comercio es una gran noticia. 

El plan del verano

Seguro que si pasas a visitar Carmen de Areco en verano, este balneario te va a encantar. Hasta ahora pudiste leer que tiene de todo y se adapta a los planes de cada viajero, según la cantidad de horas que deseen permanecer allí. 

“Pero no se puede bañarse en el río… ¿Cómo aguantamos el calor?”. Esa podría ser una de tus inquietudes en este momento. Tranqui, para eso hay una pileta enorme, con servicio de guardavidas y espacio de sobra para refrescarse, manteniendo el distanciamiento social. 

El espejo de agua, además de ser muy popular en los días calurosos, también ofrece vistas increíbles al paisaje dado que en uno de sus extremos se puede llegar casi hasta la orilla del río. 

Exceso de energía o pura diversión

Conociendo todas las comodidades mencionadas, quizás vos seas de nuestro estilo y planeas una linda jornada para descansar, disfrutando la pileta luego de un rico asado. 

Pero puede que otros viajeros tengan mucha más energía y quieren aprovechar cada minuto de su paseo por el Balneario Carmen de Areco para hacer actividades. 

¡No hay problema! Para eso hay pasto de sobra y hasta sectores abocados al deporte como, por ejemplo, voley playero. La zona justo estaba expandiéndose cuando hicimos la visita, así que quizás encontrás más alternativas en un futuro cercano. 

Juegos para niños en el Balneario Carmen de Areco - Buenos Aires.

¿Y para los más chicos? Claro que no se olvidaron de ellos. Hay espacios con juegos de plaza casi a estrenar, bien alejados del río, con el objetivo de que ningún niño emprenda una aventura no deseada por los padres. 

¡Nos vamos a la vieja estación!

Tras el recorrido de 30 minutos por el Balneario Carmen de Areco, regresamos a las combis para viajar hasta la estación ferroviaria.

En menos de 10 minutos llegamos, descendimos y junto a nuestros guías, del departamento de historia municipal, escuchamos atentamente las historias que representaban al espacio. 

Durante los primeros vistazos pudimos notar que hoy la estación permanece en una zona muy abierta y con un campo deportivo enfrente. Quizás también pueda ser una opción perfecta para un “finde” soleado. 

Un siglo en servicio

El tren que pasaba por Carmen de Areco primero perteneció al Ferrocarril Central y años más tarde, cuando el mismo cambió de nombre, continuó en servicio del nuevo Ferrocarril Urquiza. 

Desde 1884 que las formaciones cargueras y de pasajeros empezaron a frecuentar la zona, incrementando la industria local, la cantidad de habitantes y la fama del pueblo en toda la provincia. 

Al poco tiempo de empezar a circular, fue necesario construir una estación y allí estuvieron los hermanos (e ingenieros) Lacroze. Ellos eran franceses, pero también contaron con la ayuda de profesionales ingleses. Fue un proyecto “binacional”. 

La terminal quedó lista a finales del siglo XIX y funcionó sin descanso hasta 1995, cuando los servicios empezaron a decaer. 

Primero se suspendió el de pasajeros, que hasta ese momento tenía dos frecuencias diarias que unían Rojas (ciudad cercana) con Carmen de Areco y desde allí a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Obvio que el camino inverso también se realizaba de manera similar. 

El de carga duró un poco más. En 1998 fue la última vez que la estación lo vio partir y, desde entonces, ningún tren volvió a circular por las vías, hoy tapadas por la naturaleza y pronto a ser restauradas. 

Futuro prometedor

Nuestro paseo por Carmen de Areco coincidió exactamente con un periodo de transición en la vieja estación. 

Por lo que nos contaban los historiadores, en la actualidad se la empezó a restaurar y también se diseñaron planes para su futuro. 

Hoy funciona como un destacamento de la policía y en sus alrededores está la terminal de ómnibus, pero el objetivo es transformar el viejo establecimiento en un bonito centro cultural. 

De conseguirlo, no solo se vería beneficiada el antiguo edificio principal, sino también los enormes galpones ferroviarios emplazados en el mismo predio y con historias fenomenales. 

Hay mucho trabajo por hacer pero con esfuerzo lo van a conseguir. El cambio a nivel paisaje sería excelente y obvio que allí estaremos para presenciar la gran inauguración. ¡Estén atentos!

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