La Plaza Dorrego es un ícono de Buenos Aires y me animaría a decir que es una de las más históricas de todo Argentina. Se encuentra en San Telmo, por lo tanto, no te la podés en tu paseo por la ciudad.

Al ubicarse en un barrio tan hermoso, este espacio se adapta completamente a los alrededores. Obvio que llama la atención, pero como sucede con muchos otros lugares de la zona. 

Sin embargo, no tiene punto de comparación con ningún sitio de los mencionados ya que su historia comienza mucho antes de que San Telmo tome las dimensiones que tiene en la actualidad. 

¿Siempre fue una plaza? No. A medida que la joven Buenos Aires creció, este lugar tuvo diferentes aspectos y funciones. 

No es muy grande, pero en cada baldosa se vivieron miles de situaciones muy importantes que da gusto descubrirlas en detalle. Algo así haremos en esta nota, mediante un pequeño recorrido histórico mezclado con nuestras múltiples experiencias. 

La segunda más antigua

Cuando conversamos sobre la segunda fundación de Buenos Aires, mencionamos que la Plaza de Mayo fue el sitio elegido para el momento tan importante. De más está decir que por esa misma razón luce el título de la más antigua en la ciudad. 

Bueno, pocos sabrán que Plaza Dorrego es la segunda más longeva de la zona, dado que es visitada desde el año 1586. Si, seis años después de la inaugurada en el barrio de Monserrat. 

Esta historia indudablemente comienza en esa fecha, pero la función que cumplía era totalmente diferente a la actual y ni siquiera tenía el mismo nombre. 

Su primer título fue “Alto de las Carretas” y la utilizaban exactamente para eso. Los comerciantes que ingresaban a la pequeña Buenos Aires, se detenían en ese preciso lugar para descansar tras un largo viaje en carreta. 

¿Y el paisaje? Totalmente diferente. El espacio que hoy está rodeado por edificios, hace más de cuatro siglos era una zona prácticamente rural, donde había un arroyo y hasta servía para uno de los desagües del Riachuelo. Cuesta creerlo, pero fue así. 

Cambio de nombre

Aunque el nombre original quedaba bien, en 1600 se produjo la primera modificación. Es cuestión de que sigas leyendo los próximos párrafos para descubrir todas las demás. 

“Alto de San Pedro” fue la nueva identidad de la actual Plaza Dorrego. El barrio de a poco empezaba a formarse y, quienes tomaban las decisiones, impulsaron la variante que rápidamente fue aceptada. 

Durante un largo periodo se mantuvo este nombre. Un total de 184 años para ser exactos. Seguramente muchos vecinos nacidos y criados en el viejo San Telmo, habrán dejado este mundo sin nunca presenciar el cambio. 

Pero, como ya te contamos, el barrio se duplicó en tamaño durante los siguientes dos siglos. Además de nuevas construcciones, los Españoles tomaron más poder sobre las tierras y los jesuitas tuvieron que marcharse. 

Otra renovación para la querida plaza porteña

Hacia 1784 este hermoso espacio verde estrenó su tercer nombre, que con el tiempo fue utilizado para apodar al barrio y hasta lo incorporó el mismísimo Parque Lezama. Se lo rebautizó “Plaza de la Residencia”. 

Para aquél entonces muchos comercios se habían instalado en los alrededores y, aunque no tenemos un número exacto de respaldo, sabemos que cientos de personas la visitaban todos los días por diferentes motivos. 

Dos años después del cambio, el territorio quedó en manos de Francisco Ignacio de Oliden. El hombre lo adquirió por la módica suma de 150 pesos “fuertes” y utilizó otros 62 para modernizarla en base a la opinión de los vecinos. 

Los inicios de nuestros tiempos

La historia es muy interesante, pero hasta el momento seguro te preguntarás cuando ocurrieron todos los cambios que transformaron a Plaza Dorrego en la belleza actual. Paciencia, falta poco para responderte. 

Durante la primera mitad del siglo XIX, precisamente en el año 1822, el sitio obtuvo su cuarto nombre: “Plaza del Comercio”. Más allá de que está claro cuál era su función, resaltamos que se convirtió pronto en el segundo mercado más grande de CABA. 

La popularidad fue tan amplia que tan solo cuatro décadas más tarde, en 1861, se inició la construcción de un edificio para albergar el Mercado del Comercio. ¿Dónde? Exactamente en el cuarto de manzana que pertenecía y pertenece a la plaza. 

Estas obras fueron muy importantes para todo Buenos Aires ya que se trató del tercer mercado de abasto ubicado en toda la ciudad. Una mole muy frecuentada por todo tipo de comerciante. 

Aunque quedó espectacular, el edificio no duró mucho porque fue demolido en 1897. ¿Y el mercado? Cambió de nombre a “Mercado de San Telmo”, se mudó a otro establecimiento y permanece abierto desde entonces sobre la calle Bolívar al 970

Finalmente… Plaza Dorrego

Al demoler el edificio, el espacio donde antiguamente se detenían las carretas, quedó libre otra vez. Por suerte hubo iniciativas muy positivas e ingresó en un proceso de restauración para recuperar su antigua belleza. 

Los trabajos quedaron espectaculares y, durante el año 1900, desde el Gobierno de Buenos Aires le dieron su quinto nombre: “Plaza Coronel Manuel Dorrego”. Hace 120 años que sigue igual y, de momento, no hay planes para modificarlo otra vez. 

La primera mitad del siglo XX fue clave para la evolución del lugar. Además de ser frecuentado por muchas más personas, pronto se convirtió en un sitio turístico importante. 

Durante ese cambio, también se aprovechó para mejorar las instalaciones y fue el momento en que se decidió cementarla. Sus clásicas baldosas sustituyeron al suelo de tierra porque el viento hacía de lo suyo y ensuciaba los comercios de todos los vecinos. 

A pesar de que suene poco ecológico, insistimos en que fue todo lo contrario. Los espacios verdes se rediseñaron y se los cuida con atención hasta en la actualidad. Nada mejor que sentarse debajo de sus árboles. 

El clásico que llegó para quedarse

La segunda mitad del siglo XX no fue de las mejores para San Telmo y, si hablamos de los años 70´s, todo Argentina atravesaba uno de los momentos más duros de su historia. 

Pero para darle alegría y positividad a todo el contexto, exactamente en 1970 se inauguró sobre la Plaza Dorrego una feria que adoptó el mismo nombre del sitio y se mantiene intacta hasta la actualidad. 

Con 50 años de historia, hoy el espacio cultural recibe a miles de personas todos los domingos del año, que llegan con grandes sonrisas para disfrutar cada momento. 

Quienes tienen la oportunidad y las ganas, también adquieren algún recuerdo en los múltiples stands disponibles. Desde antigüedades hasta simples souvenirs podrás encontrar aquí. Algo imperdible. 

Y de seguir con la cronología, en el año 1978 sucedió algo muy importante para la historia de Plaza Dorrego. Fue declarada Lugar Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. 

¿Que llevó a colocarle este título? El hecho ocurrido en 1816, cuando en este sitio se adhirió la Independencia Argentina, al poco tiempo de haberse firmado en San Miguel de Tucumán.  

Una joya urbana

A esta altura de la nota creemos que no hay dudas sobre los cambios de la Plaza Dorrego a lo largo de tantos años, por eso, es el contexto ideal para dejar en claro su belleza actual. 

Encontrarla es sumamente fácil. Aparece en la intersección de la calle Defensa y Huberto I° (antiguamente llamada calle Comercio). 

Y ya que estamos en tema, es imposible no mencionar las otras dos calles “cortadas” que la rodean. Una se llama Bethlem y la otra Don Anselmo Aieta, antiguamente conocida como Antonio Lanteri. Tres personajes famosísimos en el barrio porteño. 

En cuanto a la plaza en sí, hay de todo. Son pocos metros cuadrados pero, si prestás atención, encontrarás un mástil con la bandera Argentina en honor a la Fuerza Aérea y un pequeño aljibe decorativo, que habría pertenecido a la casa de Dorrego.  

Un entorno que ayuda y mucho

La Plaza Dorrego es hermosa pero, para ser sinceros, no sería lo mismo sin su entorno maravilloso. 

Cafeterías, restaurantes, cervecerías, tiendas de alfajores, hoteles y mucho más es lo que podrás encontrar allí. Algunos de los comercios además tienen la ventaja de estar en el interior de edificios con cerca de 200 años de antigüedad, lo que vuelve aún más especial la experiencia. 

De todos los disponibles, el café ubicado en la esquina de Defensa y Humberto I° es el más emblemático. Se fundó en 1870 y desde entonces fue protagonista en un montón de sucesos importantes. 

Si seguís explorando, también vas a dar con una galería comercial sobre Defensa y Bethlem. Tiene una ubicación envidiable ya que está en el mismo sitio donde alguna vez se lució el solar que ocupó la casa de Domingo French. 

Y si te alejas algunos metros más, no solo encontrarás el emblemático Mercado de San Telmo, sino que estarás frente a otros edificios históricos. ¿Un ejemplo? La escuela Guillermo Rawson, que fue la primera de medicina en la provincia de Buenos Aires.

Un destino mágico

Todo el barrio de San Telmo tiene una magia única, pero la Plaza Dorrego también sabe diferenciarse de otros espacios similares. No es mejor ni peor, solo diferente y eso la convierte en algo muy especial. 

Es pequeña pero muy rica en cultura. Por lo general, a su alrededor siempre hay un ambiente agradable, que podes disfrutar durante tiempo ilimitado sin gastar dinero. 

Hemos recorrido sus esquinas en un sinfín de ocasiones y volveríamos siempre. Entre tanta urbanización, siempre viene excelente un espacio así y más aún si tiene una historia tan apasionante.

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