La ciudad de Buenos Aires tiene un sinfín de rincones especiales para disfrutar del paisaje y el barrio de Puerto Madero es uno de ellos. ¿Cómo pasó de la nada al todo en 100 años? Te lo contamos. 

En las comunas porteñas ocurrieron sucesos que dejaron su huella en la historia local, pero lo sucedido en donde hoy está la urbanización protagonista de esta nota, es crucial. 

Además de Madero, la zona es muy turística por lugares como la antigua Costanera Sur y la Reserva Ecológica. Ambos son sitios espectaculares, pero les contaremos sobre ellos más adelante. 

Hoy y acá, es el momento ideal para indagar sobre cómo el fracaso de un puerto dio lugar a que un siglo después nazca uno de los barrios más lujosos de Buenos Aires. 

Es culpa del Río de la Plata

Aunque es muy probable que el Río de la Plata sea el más ancho del mundo y es por eso que tiene fama internacional, poco se conoce sobre su baja profundidad. 

Más allá de que sea un cuerpo de agua inmenso, el lecho está muy cerca de la superficie por cuestiones de naturaleza y eso ha sido un dolor de cabeza enorme para quienes se dedicaron (y se dedican) a navegar la zona. 

Es literal cuando mencionamos que la dificultad está presente desde la fundación de Buenos Aires en 1580. Por aquél entonces, los barcos trasatlánticos se detenían lejos del puerto y descargaban todos los productos en botes más pequeños. 

A mediados de 1856 llegó una posible solución: se inauguraron dos muelles largos. Uno estaba a la altura de la actual calle Sarmiento y el otro partía desde los fondos de la Casa Rosada. 

16 años más tarde inauguraron un tercero, conocido como “de las Cañitas” y se ubicaba frente a lo que hoy es calle Paraguay. 

Fueron obras importantes, que mejoraron la actividad por un tiempo. Sin embargo, las complicaciones no cesaban y solo había una alternativa: crear el primer puerto de Buenos Aires. 

Obras que cambian el paisaje

En 1882, cuando Julio Argentino Roca era el presidente, se sentaron en la misma mesa un montón de profesionales para presentar diferentes ideas de cara al puerto nuevo. 

Allí estuvo un comerciante, y sobrino del vicepresidente, llamado Eduardo Madero. Dio a conocer tres proyectos diferentes que no fueron bien vistos por sus competidores, pero a la hora de tomar decisiones, el gobierno eligió uno. 

Se invirtió mucha plata y sabían que los trabajos a realizar eran enormes, por eso, el 1 de abril de 1887 se puso en marcha la obra. 

El primer paso importante fue rellenar toda la costa del Río de la Plata desde la calle Córdoba hasta la boca del Riachuelo. Cuando se cumplió, una isla de 350 hectáreas quedó a la vista de todos. 

Ni bien estuvo asegurado este nuevo espacio, se continuó “laburando” en la construcción de cuatro diques y dos dársenas de acceso para los barcos, que llegarían desde todo el mundo. 

Una década más tarde, precisamente el 31 de marzo de 1898, se ajustó el último tornillo y la nueva terminal de buques fue inaugurada con el nombre de quien la proyectó: Puerto Madero. 

Aunque fue un lindo homenaje, Eduardo no pudo presenciarlo dado que falleció en 1894. Cuatro años antes de finalizar. 

10 años para construir, 10 años para fracasar

Suena raro el subtítulo, pero fue exactamente lo que pasó. La construcción del puerto demoró 4017 días y a los diez años de su inauguración, las instalaciones quedaron obsoletas. 

Resulta que todo se construyó en base al tamaño de los buques del momento, pero los trasatlánticos se actualizaron y los nuevos modelos ya no podían ingresar a Madero. Se quedó chico. 

Hubo intenciones de hacer muchas restauraciones para evitar perder un puerto que estaba prácticamente nuevo, pero fue lo que pasó. Antes de 1910 todo el sitio fue abandonado. 

¿Buenos Aires se quedó sin puerto? No. Al cerrar el primero, el gobierno tuvo en cuenta el plan que le había rechazado a Luis Augusto Huergo (el primer ingeniero recibido en Argentina) en 1884. 

Las nuevas obras iniciaron a mediados de 1911 en el barrio de Retiro y los ingleses a cargo de construir el “Puerto Nuevo” siguieron los planes de Huego. Se empezó a utilizar en 1919. 

¿Qué pasó con Puerto Madero?

Tras el éxito del nuevo puerto, que continúa en plena actividad hasta el día de hoy, el de Madero se convirtió en una terminal fluvial y al poco tiempo fue abandonado en su totalidad.

Grúas oxidadas, silos destruidos y terrenos baldíos con pastos largos fueron parte del paisaje en este sitio de Buenos Aires durante casi todo el siglo XX. 

En 1925, 1940, 1969, 1971, 1981, y hasta en 1985, se presentaron diferentes planes con la intención de reactivarlos pero ninguno se logró concretar. 

Hay que trasladarnos al 15 de noviembre de 1989 cuando finalmente el Ministerio de Obras y Servicios del Interior, en conjunto con la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, acordaron poner en condiciones la zona para crear un nuevo barrio. 

Trabajos intensos

A casi 100 años de su construcción, embellecer 350 hectáreas de suelo abandonado fue todo un desafío. 

En 1994 empezaron los primeros trabajos para mejorar y reciclar los depósitos emplazados al este de los diques, famosos por su fachada de ladrillos roja. 

Luego, en 1997 se pudo mejorar todo lo edificado al otro lado del dique, mediante la construcción de calles, avenidas, plazas y parques. Hasta se dieron el gusto de inaugurar, en 1999, el primer Casino de Buenos Aires, prohibido hasta ese entonces. 

Cambio rotundo

Quien visite Puerto Madero en la actualidad, le será casi imposible creer todo lo que les contamos hasta este momento. Hoy el barrio es uno de los más lujosos de Argentina. 

Debido a la fortaleza del suelo y su lejanía con el centro histórico de la ciudad, allí se pudieron construir enormes rascacielos, convertidos en postales porteñas. 

Hace menos de un año en Madero se inauguró Alvear Tower: un edificio de 235 metros de altura, que permanece como el más alto de Argentina y uno de los más elevados de Sudamérica. 

Caminar por sus calles es todo un show. Miles y miles de personas transitan las mismas cuadras a toda hora, con el objetivo de pasear o consumir algo en los cientos de restaurantes, confiterías, pizzerías y parrillas que hay en la zona. 

Como si esto fuera poco, el barrio tiene la sede principal de una de las universidades más caras de Argentina, así como también salas de cine de primera calidad. 

Entre los rascacielos podrás encontrar un montón de parques, decorados a la perfección y rodeados por avenidas donde es normal cruzarse con vehículos que cuestan millones de dólares. 

Entre tanto lujo, un poco de historia

Aunque el barrio brilla por sí solo, no olvida su pasado ni tampoco abandona la historia que lo vio crecer. 

En el Dique 3, rodeado de cervecerías, está la Fragata Presidente Sarmiento. Fue el primer barco escuela de Argentina, realizó 39 viajes alrededor del mundo y hoy es una pieza de museo única, que sigue flotando. 

Es imposible hablar de Puerto Madero y no señalar la presencia del Puente de la Mujer. Inaugurado en 2001, cumple su función de puente, pero también es un ícono del barrio que identifica a la Argentina en cualquier parte del mundo. 

A disfrutar el barrio porteño

La mayoría de los viajeros están en la misma situación que nosotros: nos es imposible pasar una noche en Puerto Madero debido a los precios de sus alojamientos. 

Allí se encuentran los hoteles más exclusivos del país y dormir en sus habitaciones requiere de mucho dinero. Sin embargo, no es condición para visitar el sitio.

Gracias a su cercanía con el resto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se puede llegar desde casi cualquier punto. ¿La mejor idea? Alojarse en un barrio cercano y pasar lindas noches en uno de los sectores más bonitos del centro porteño. 

 

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